Me gustaría empezar la semana con una reflexión que nos pueda servir a
todos.
A veces el mundo se para una vez y debemos seguir adelante, continuar el
camino, porque no queda otro remedio. Cuando el mundo se para dos veces, injustamente,
cruelmente, es más difícil seguir caminando, pero sigue sin quedar otro
remedio. Eso sí, es obligatorio parar, gritar, llorar y recargar fuerzas para
decir que tenemos que continuar, que no existe la mala suerte, que todos
estamos en el bombo de la vida y que por ello tenemos que vivir viviendo.
La
felicidad no está en el mañana, no es un fin, debe ser un camino, con muchos
baches, cuestas y a veces bajadas en bicicleta pero no una meta. Vive el hoy
disfrutando cada momento, saboreando cada trago. Vive como tú quieras vivir y
no como te digan los demás. Jamás pienses que ere mejor que los demás, que eres
invencible ,porque no lo eres, pero nunca jamás te creas peor. Tú eres tú y no
hay nadie igual, solamente vive tu vida, exprímela despacio y aprovéchala
porque el mañana de ayer es el hoy.
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